
El silencio también es poesía
En silencio se aprende,
en silencio se escucha,
en silencio se besa,
en silencio las olas del mar cantan
y el eco de las montañas retumba.
Salía de la habitación cada dos minutos. No parecía hacer nada en particular, quizá buscaba algo, o esperaba impaciente la llegada de una visita, puede que tan solo estuviese nerviosa, pero lo cierto es que llevaba horas entrando y saliendo de la habitación.
Miraba por la ventana, abría cajones, escuchaba los mensajes del contestador, rebuscaba en la nevera… ningún indicio de sus intenciones.
Solo se escuchaba la puerta abrirse y cerrarse, el resto de la casa parecía mantener un expectante silencio. Incluso el canario en su pequeña jaula mostraba una actitud extrañamente sigilosa.
La mujer, de unos 60 años de edad y con un aspecto algo descuidado, andaba por los pasillos sumida en sus pensamientos. Era martes, el día de la brisca en la cafetería de Marga, no obstante, ella aun no había salido de casa. Se dedicaba a ir de un sitio para otro, como si fuese a encontrar algo en cualquier momento. Finalmente, se sentó en la silla de mimbre junto a la mesa del salón, apoyó los codos sobre ella y reclinó la cabeza en sus manos. Mantuvo esta postura largo rato, pensativa. Parecía intentar descifrar el enigma mejor guardado de todos los tiempos. Se la veía frustrada.
Más tarde supe que era lo que rondaba por la cabeza de aquella señora.
No lograba recordar su nombre.
Yo he visto chicas crear auténticas obras de arte con sus manos. Levantarse de las cenizas, luchar contra dragones y mazmorras. Esta sociedad nos señala y nos aparta, y aquí estamos. Fuertes, unidas, guerreras. Las mujeres no somos lloricas, ni flojas. Expresamos nuestros sentimientos, lo cual veo una virtud saludable de la que tomar ejemplo.
Hoy es un día para quedarse sin palabras, como tantos otros días, como por tantas otras mujeres. Pero precisamente por eso debemos buscar las palabras, no callar, no dejar de expresar nuestra repulsa, nuestra rabia, nuestra fuerza. ¿Dónde se esconden los monstruos? Viven entre nosotras. Seguramente se disfrazan de personas normales… Esto no es una lucha de hombres contra mujeres, ni de mujeres contra hombres. Esto es una lucha de la sociedad contra los monstruos. Existen, están entre nosotras/os… No sé cuál es la solución, pero esto parece una epidemia. Si no unimos nuestras fuerzas seguirán atacando. No toleremos ningún machismo, ni directo, ni indirecto, ni en forma de chiste… El machismo alimenta los monstruos, es su combustible. Hacer un comentario machista no te convierte en asesino, pero sí que sirve para encubrirlos, para justificarlos. Necesitamos que la justicia nos ampare; persiga y condene a los monstruos. Y para ello debemos gritar muy fuerte, TODAS Y TODOS. Porque la lucha es de la sociedad contra los monstruos.